El invierno afecta a todo nuestro organismo, y también a la piel. Esta se encuentra expuesta a las inclemencias climatológicas, siendo las zonas más sensibles a las bajas temperaturas las mejillas, los labios, el cuello, el escote y las manos. Por todo ello, es importante tener en cuenta una serie de consejos:
1. Hidratar a diario y varias veces al día la piel. Esto es especialmente importante en aquellas personas que padecen algún tipo de dermatosis (dermatitis atópica, psoriasis…). Un emoliente adecuado (a base de lanolina, urea, etc.) ayudará a mantener una piel sana durante el invierno.
2. Evitar lavar excesivamente las manos. Las dermatitis de desgaste que afectan al dorso de las manos son un motivo frecuente de consulta en esta época del año, especialmente en personas que por razones laborales se las lavan de forma repetida. Para evitarlo se debe promover el uso de guantes y las cremas con efecto barrera.
3. No utilizar productos agresivos para el lavado de cara y cuerpo. Escoger productos suaves y testados dermatológicamente.
4. Evitar ducharse con agua muy caliente o muy fría. Lo ideal es el agua tibia y no ducharse más de una vez al día, ya que esto aumentaría la deshidratación de la piel.
5. Hidratar los labios y protegerlos de la luz ultravioleta. Los labios sufren mucho en invierno, más aún si se tiene alguna alteración de base (queilitis atópica, actínica,...)